La educación rural en Venezuela
El Aragueño: 27-09-2011
Luis Parada Flores
En Venezuela nunca ha existido un verdadero programa de educación rural, sino una educación a medias, en el medio rural, desarrollado con programas elaborados para la educación urbana; por tanto, el niño campesino es atendido con muchas deficiencias y sus conocimientos apenas llegan a un poco más del proceso de alfabetización.
Los pocos conocimientos que recibe el niño campesino no se corresponden con su idiosincrasia y tampoco con el pragmatismo que fundamenta el desarrollo de su personalidad. Visto el preámbulo anterior no es aventurado decir que la educación que se imparta en el medio será verdaderamente desarrollada, productiva y próspera, cuando se atienda integral y técnicamente en todos sus niveles y modalidades.
Es imposible abordar el desarrollo integral de la República, si no tomamos en cuenta todos los factores de la geografía de la identidad nacional. Obvio es recordar que nuestro campesino siempre ha sido preterido y por tanto nunca ha dejado de convivir con sus penurias que lo arrastran al conformismo y a la decepción extendida hasta el núcleo familiar.
Sin embargo, a este hombre que diariamente dobla su espalda sobre la tierra, debe la República citadina su sustentación alimenticia, recibiendo como retribución, un trato amable que afianza su sistemática explotación. Efímeros esfuerzos para ayudar al campesino y su familia, se hicieron entre los años de 1945-48, bajo las presidencias de Rómulo Betancourt y Rómulo Gallegos, en esa oportunidad se le repartieron tierra y créditos al campesino, se crearon centros de extensión agrícolas y se atendió con peritos agropecuarios y demostradoras del hogar campesino al campo y, a la mujer se enseñaba su crecimiento personal y a mejorar los quehaceres del hogar con técnicas adaptadas a su idiosincrasia, se alfabetizó a los adultos y se crearon escuelas para que sus hijos se educaran. Toda esta atención en gran parte fue abandonada por la dictadura instaurada entre 1948-1958 y, no fue hasta la reinserción de la democracia, que se retomó el programa en 1960, para ser totalmente abandonado a partir de 1998 hasta nuestros días; sin embargo, nunca hubo coordinación entre los ministerios más importantes con injerencia del hombre del campo, como lo son Ministerio de Educación, Ministerio de la Salud y Ministerio de Agricultura, tampoco los gobiernos regionales y mucho menos las entidades municipales; de allí, además del petróleo, la razón de la migración del hombre del campo a la ciudad que soñaba y buscaba una mejor vida y destino para sus hijos.
Pero a pesar de todo, siempre hay un sueño convertido en esperanza y ésta en realidades que conducen al establecimiento de metas tangibles, y es a raíz de la nueva campaña electoral que se avecina para el nuevo gobierno, que los factores de oposición al régimen actual están preparando un excelente plan de trabajo para el rescate del agro y, han creado la Comisión Nacional Agroalimentaria que induce a tomar en cuenta todos los factores que tienen incumbencia con el medio rural; ojalá que resulte bien; pero para ello, además de una necesaria integración, es necesario desarrollar conciencia plena entre los técnicos, la universidad rural como la central, la Upel y la escuela rural tipo, a objeto de lograr un propósito bien definido que permita la incorporación de la juventud campesina que se eduque con programas desarrollados en conjunto; de no ser así, tendremos las mismas quejas en los años de 2070, cuando la juventud de hoy, sea anciana y tan pobre como la actual.
Debe entenderse que la tierra necesita que la exploten hombres educados, que no la maltraten tanto y procuren mayor producción, sin tanto esfuerzo, y eso es posible, si educamos integralmente al niño y al joven de hoy; de lo contrario, se seguirá perdiendo tiempo, dinero y esfuerzo y la gente del campo continuará ausentándose de su lar y eso será una gran pérdida para la República. Bueno sería saber y debemos investigarlo como se hace en España, Colombia, Argentina, Brasil, Costa Rica, México y otros países. Lo haremos. Este preámbulo debe servir de base para elaborar un verdadero programa de educación rural que en otras entregas daremos a conocer.
En Venezuela nunca ha existido un verdadero programa de educación rural, sino una educación a medias, en el medio rural, desarrollado con programas elaborados para la educación urbana; por tanto, el niño campesino es atendido con muchas deficiencias y sus conocimientos apenas llegan a un poco más del proceso de alfabetización.
Los pocos conocimientos que recibe el niño campesino no se corresponden con su idiosincrasia y tampoco con el pragmatismo que fundamenta el desarrollo de su personalidad. Visto el preámbulo anterior no es aventurado decir que la educación que se imparta en el medio será verdaderamente desarrollada, productiva y próspera, cuando se atienda integral y técnicamente en todos sus niveles y modalidades.
Es imposible abordar el desarrollo integral de la República, si no tomamos en cuenta todos los factores de la geografía de la identidad nacional. Obvio es recordar que nuestro campesino siempre ha sido preterido y por tanto nunca ha dejado de convivir con sus penurias que lo arrastran al conformismo y a la decepción extendida hasta el núcleo familiar.
Sin embargo, a este hombre que diariamente dobla su espalda sobre la tierra, debe la República citadina su sustentación alimenticia, recibiendo como retribución, un trato amable que afianza su sistemática explotación. Efímeros esfuerzos para ayudar al campesino y su familia, se hicieron entre los años de 1945-48, bajo las presidencias de Rómulo Betancourt y Rómulo Gallegos, en esa oportunidad se le repartieron tierra y créditos al campesino, se crearon centros de extensión agrícolas y se atendió con peritos agropecuarios y demostradoras del hogar campesino al campo y, a la mujer se enseñaba su crecimiento personal y a mejorar los quehaceres del hogar con técnicas adaptadas a su idiosincrasia, se alfabetizó a los adultos y se crearon escuelas para que sus hijos se educaran. Toda esta atención en gran parte fue abandonada por la dictadura instaurada entre 1948-1958 y, no fue hasta la reinserción de la democracia, que se retomó el programa en 1960, para ser totalmente abandonado a partir de 1998 hasta nuestros días; sin embargo, nunca hubo coordinación entre los ministerios más importantes con injerencia del hombre del campo, como lo son Ministerio de Educación, Ministerio de la Salud y Ministerio de Agricultura, tampoco los gobiernos regionales y mucho menos las entidades municipales; de allí, además del petróleo, la razón de la migración del hombre del campo a la ciudad que soñaba y buscaba una mejor vida y destino para sus hijos.
Pero a pesar de todo, siempre hay un sueño convertido en esperanza y ésta en realidades que conducen al establecimiento de metas tangibles, y es a raíz de la nueva campaña electoral que se avecina para el nuevo gobierno, que los factores de oposición al régimen actual están preparando un excelente plan de trabajo para el rescate del agro y, han creado la Comisión Nacional Agroalimentaria que induce a tomar en cuenta todos los factores que tienen incumbencia con el medio rural; ojalá que resulte bien; pero para ello, además de una necesaria integración, es necesario desarrollar conciencia plena entre los técnicos, la universidad rural como la central, la Upel y la escuela rural tipo, a objeto de lograr un propósito bien definido que permita la incorporación de la juventud campesina que se eduque con programas desarrollados en conjunto; de no ser así, tendremos las mismas quejas en los años de 2070, cuando la juventud de hoy, sea anciana y tan pobre como la actual.
Debe entenderse que la tierra necesita que la exploten hombres educados, que no la maltraten tanto y procuren mayor producción, sin tanto esfuerzo, y eso es posible, si educamos integralmente al niño y al joven de hoy; de lo contrario, se seguirá perdiendo tiempo, dinero y esfuerzo y la gente del campo continuará ausentándose de su lar y eso será una gran pérdida para la República. Bueno sería saber y debemos investigarlo como se hace en España, Colombia, Argentina, Brasil, Costa Rica, México y otros países. Lo haremos. Este preámbulo debe servir de base para elaborar un verdadero programa de educación rural que en otras entregas daremos a conocer.
Los verdaderos maestros rurales siembran los valores del amor y respeto por el campo. Por lástima, un buen número de ellos preparan a sus estudiantes para abandonar sus comunidades, enseñandoles que vivir en las ciudades eleva el nivel de vida.La escuela ha sido responsable del éxodo campesino y muchos docentes son insensibles al problema. Hoy, una crisis alimentaria ha obligado a mirar de nuevo hacia los campos y reconocer que un agro fortalecido jamás habría sucumbido frente a guerra económica o gobierno incapaz.
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